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TRASTORNOS ALIMENTARIOS

 

Los trastornos alimentarios son la mayor incidencia de la anorexia y bulimia nerviosa y se presenta entre las niñas que se encuentran en la mitad y final de la adolescencia. Entre los factores que aumentan el riesgo para la aparición de los trastornos alimentarios en la adolescencia se encuentran: la genética, los cambios corporales en la pubertad, la vulnerabilidad de los adolescentes a los ideales de delgadez, la presión social por ser delgada, la insatisfacción con la imagen corporal, la dieta restrictiva, la depresión y la baja autoestima. Sin embargo, se sugiere que en las diferentes culturas los trastornos del comportamiento alimentario pueden venir de una serie de condiciones no relacionadas con las conductas compensatorias o con el peso, pero con la forma del cuerpo o parte de lo mismo que no encajan en los estándares globales de los cánones de belleza.

Este estudio concluye que hay varios factores determinan la aparición de la anorexia y la bulimia en la adolescencia, sin embargo, no hay consenso en cómo interactúan estos factores en este complejo proceso, lo que indica la necesidad de seguir investigando.

(Artículo extraído del estudio LA EPIDEMOLOGIA Y LOS FACTORES DE RIESGO DE LOS TRASTORNOS ALIMENTARIOS EN LA ADOLESCENCIA. 2012, M.L. Portela de Santana).

 

Desde mi experiencia enfocada en aportar soluciones a los síntomas de los trastornos alimentarios valoro que para prevenir estas problemáticas en jóvenes y adolescentes con conflictos alimentarios, lo más importante es que las familias y adultos de referencia tengan una educación y comportamiento alimentario adecuado enfocado en consumir alimentos lo menos procesados posible, frescos y cocinados de forma casera.

A todos los niños les gusta participar en los procesos de elaboración creativa de manera didáctica y amena. Por eso es aconsejable que acompañen a los adultos en algún momento del proceso de elaboración de buenos platos de comida sana. Esto conllevaría una asimilación de cultura alimentaria en sucesivos actos de la vida cotidiana que se convertirán en buenos hábitos.

Sin embargo cuando los jóvenes empiezan a manifestar ciertos grados de trastorno lo mejor es que acudan a un especialista experto. Yo recomiendo la Terapia Breve Estratégica que ofrece soluciones adecuadas a cada situación en su contexto familiar y los centros especializados cuando el trastorno es muy grave.

 

Joana Serrano.

 

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TRASTORNOS ALIMENTARIOS

 

Los trastornos alimentarios son la mayor incidencia de la anorexia y bulimia nerviosa y se presenta entre las niñas que se encuentran en la mitad y final de la adolescencia. Entre los factores que aumentan el riesgo para la aparición de los trastornos alimentarios en la adolescencia se encuentran: la genética, los cambios corporales en la pubertad, la vulnerabilidad de los adolescentes a los ideales de delgadez, la presión social por ser delgada, la insatisfacción con la imagen corporal, la dieta restrictiva, la depresión y la baja autoestima. Sin embargo, se sugiere que en las diferentes culturas los trastornos del comportamiento alimentario pueden venir de una serie de condiciones no relacionadas con las conductas compensatorias o con el peso, pero con la forma del cuerpo o parte de lo mismo que no encajan en los estándares globales de los cánones de belleza.

Este estudio concluye que hay varios factores determinan la aparición de la anorexia y la bulimia en la adolescencia, sin embargo, no hay consenso en cómo interactúan estos factores en este complejo proceso, lo que indica la necesidad de seguir investigando.

(Artículo extraído del estudio LA EPIDEMOLOGIA Y LOS FACTORES DE RIESGO DE LOS TRASTORNOS ALIMENTARIOS EN LA ADOLESCENCIA. 2012, M.L. Portela de Santana).

 

Desde mi experiencia enfocada en aportar soluciones a los síntomas de los trastornos alimentarios valoro que para prevenir estas problemáticas en jóvenes y adolescentes con conflictos alimentarios, lo más importante es que las familias y adultos de referencia tengan una educación y comportamiento alimentario adecuado enfocado en consumir alimentos lo menos procesados posible, frescos y cocinados de forma casera.

A todos los niños les gusta participar en los procesos de elaboración creativa de manera didáctica y amena. Por eso es aconsejable que acompañen a los adultos en algún momento del proceso de elaboración de buenos platos de comida sana. Esto conllevaría una asimilación de cultura alimentaria en sucesivos actos de la vida cotidiana que se convertirán en buenos hábitos.

Sin embargo cuando los jóvenes empiezan a manifestar ciertos grados de trastorno lo mejor es que acudan a un especialista experto. Yo recomiendo la Terapia Breve Estratégica que ofrece soluciones adecuadas a cada situación en su contexto familiar y los centros especializados cuando el trastorno es muy grave.

 

Joana Serrano.

 

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